La mayoría de las ferias artesanales que se celebran en el país tienen un propósito meramente comercial. En cierto sentido esto no tiene nada de malo, pues una feria no es más que un lugar donde se exponen productos con el objeto de promover su conocimiento y venta. Es así que los organizadores de estos eventos lo que buscan básicamente es hacerse de un buen dinero sin importarles la calidad de la muestra. Cuando se realiza un recorrido por sus instalaciones se observa de todo, menos artesanías y artesanos. Como la mayor parte del flujo de visitantes confunde lo que es artesanía con las manualidades, no atienden a diferenciar una cosa de la otra. Los más ávidos sufren frustración porque nada supera la expectativa. Las ganancias de una feria se miden por la cantidad. Es decir que el número de expositores determina el monto de los ingresos. Siempre se busca una mayor presencia de personas de recursos económicamente generosos. Por eso no es extraño el intercambio de mercaderías extranjeras en una población que adolece de conocimientos sobre este renglón. Lo que sucede es que como la mayoría de los participantes son comerciantes propietarios de tiendas de bisuterías. Van a las ferias cargados de mercaderías de sus establecimientos para mostrarlos en la actividad. En lo que a mi respecta no soy dado a participar en las llamadas ferias artesanales hasta que no cambie el criterio mercantilista en la mente de sus organizadores. El sector oficial debería imprimirle más seriedad, en término de selección, al montaje de estos eventos. Las ferias son importantes para el desarrollo de nuestros artesanos. No abrigaría jamás una posición excluyente y creo en la participación colectiva y no en élite. Eso sí, cada renglón en su espacio para que no exista discriminación. Los artesanos que hacemos un trabajo enaltecedor debemos exigir un espacio donde mostrar el producto del talento y la creatividad. Debo decir sobre las ventajas
que significaría un reordenamiento del criterio populista de hacer de las ferias un lugar de recreación. Existe una diversidad de estos eventos que bien podría ser aprovechado en beneficio de cualquier sector. Al artesano le gustaría estar reunido con su igual. Me refiero a su obra. Lo que proyecta su mente y lo que da fuerza a su razón. Porque la artesanía primero hay que exhibirla como un arte y lo demás vendrá por añadidura.
